El Fútbol Club Barcelona no perdonó. En un partido que parecía un trámite desde el pitido inicial, el equipo catalán se impuso por 2-0 al Club Deportivo Guadalajara en el Estadio Pedro Escartín, en la ciudad de Guadalajara, España, el martes 16 de diciembre de 2025. Los goles de Andreas Christensen (77') y un remate de último minuto —aún sin identificar— sellaron el pase a octavos de final de la Copa del Rey 2025/2026Guadalajara. El resultado, contundente pero no sorpresivo, puso fin a la aventura de un equipo de tercera división que luchaba por no descender. Para el Barça, fue otra muestra de su dominio en competiciones nacionales, incluso cuando no juega al 100%.
Un partido de dos mundos
El Club Deportivo Guadalajara, apodado los "Aguiluchos", es un club con historia pero sin recursos. Milita en la Segunda Federación, la tercera categoría del fútbol español, y en ese torneo llevaba 24 goles en contra en solo 16 partidos. En sus últimos seis encuentros, había perdido tres y en todos ellos recibió al menos tres goles. Su defensa era un colador. Apenas había ganado dos partidos seguidos antes de enfrentar al Barcelona, y eso, en casa, contra rivales de su misma categoría. El estadio, con apenas 7.000 espectadores, se llenó de esperanza. Pero la realidad llegó con el primer balón.El Barcelona, en cambio, llegaba como líder de La Liga, con cuatro puntos de ventaja sobre el Real Madrid y cinco victorias consecutivas en todas las competiciones —15 goles anotados en ese tramo. Hansi Flick, su entrenador, rotó el equipo, pero no lo debilitó. Tuvieron a Marc-André ter Stegen en arco, a Frenkie de Jong en la medular, y a jóvenes como Lamine Yamal y Raphinha listos para explotar cualquier error. El Guadalajara intentó presionar alto, pero se desmoronó como un castillo de naipes ante la precisión técnica del visitante.
El gol que lo decidió y el que lo selló
El partido fue un monólogo técnico. El Guadalajara tuvo dos ocasiones claras en la primera mitad —una de ellas en el minuto 23, cuando un remate de cabeza se estrelló en el poste—, pero el Barcelona controló el balón con una tranquilidad que parecía burla. En el minuto 77, Andreas Christensen recibió un centro desde la banda izquierda, saltó como un avión de combate y cabeceó al ángulo superior. El estadio se quedó en silencio. Cinco minutos después, un contragolpe rápido dejó a un jugador barcelonista solo frente al portero. Nadie lo identificó en los reportes oficiales, pero el balón entró. El 2-0 fue un golpe de gracia.El público local, que había cantado con orgullo hasta el minuto 70, ahora miraba al suelo. Algunos se fueron antes del final. Otros, más fieles, aplaudieron al equipo local, pero era un aplauso de resignación. "No fue una derrota por mala suerte. Fue una derrota por diferencia de nivel", dijo un aficionado de 68 años, vestido con camiseta de los años 80. "Aquí venimos a ver fútbol, no a ver cómo nos humillan".
Las apuestas y la realidad
Antes del partido, Sportytrader.es daba al Barcelona una probabilidad del 51,13% de ganar, con cuota de 1,10. El empate, 14,66%. La victoria del Guadalajara, apenas 34,21% —cuota de 36. Nadie apostó por un empate. La apuesta más popular fue "más de 3,5 goles" (cuota 1,75 en Sportium), y luego "victoria del Barça por cuatro o más goles" (cuota 2,80). El resultado final, 2-0, dejó a muchos con el dinero en el bolsillo… y con la sensación de que el fútbol, a veces, no es tan impredecible como dicen.El Guadalajara, que fue fundado el 7 de julio de 1906, no logró repetir la hazaña de otros equipos de tercera división que, en el pasado, hicieron historia en la Copa del Rey. El Girona, en 2023, llegó a la final. El Alavés, en 2017, eliminó al Real Madrid. Pero esta vez, el nivel fue demasiado alto. Y el Barcelona, que nació el 29 de noviembre de 1899, sigue avanzando como un reloj suizo.
¿Qué sigue para ambos equipos?
Para el Barcelona, los octavos de final de la Copa del Rey serán un desafío contra un rival de La Liga. El sorteo se realizará el 19 de diciembre. Si el equipo mantiene esta forma, podría llegar a la final. Pero Flick ya ha dicho que no descansará: "La Copa es importante. No la jugamos para que la ganen otros".El Guadalajara regresa a su liga con la cabeza en alto, pero con el corazón roto. Ahora deben ganar partidos, no soñar con grandes rivales. En su próxima jornada, recibirán al CD San Fernando, un equipo que también lucha por no descender. El técnico, David Gutiérrez, les dijo a sus jugadores: "Hoy no perdimos por falta de corazón. Perdimos porque el otro equipo tenía más talento. Pero eso se puede mejorar".
La historia detrás del estadio
El Estadio Pedro Escartín —construido en 1952 y renovado en 2018— es el templo del fútbol de Guadalajara. Su nombre honra a un exjugador y entrenador local que llevó al equipo a su mejor época en los años 70. El estadio nunca ha visto a un equipo como el Barcelona. Ni siquiera en sus mejores tiempos. La entrada de los jugadores barcelonistas fue un evento histórico para la ciudad. Muchos niños que asistieron llevaron camisetas del Barça. Algunos, por curiosidad. Otros, por amor.En las redes sociales, el hashtag #GuadalajaraConOrgullo se volvió viral. Los hinchas locales no se rindieron. Publicaron fotos de la tribuna vacía, de los jugadores abrazándose al final, de una niña de ocho años llorando mientras sostenía una bandera del club. "No es un derrota de fútbol —escribió un usuario—. Es una lección de humildad".
Frequently Asked Questions
¿Por qué el Guadalajara no pudo competir contra el Barcelona?
El Guadalajara es un equipo de tercera división con presupuesto limitado, mientras que el Barcelona cuenta con jugadores de élite, infraestructura de primer nivel y un banco de suplentes que incluye a futuros titulares de La Liga. La diferencia técnica, táctica y física fue abismal: el Guadalajara permitió 24 goles en 16 partidos de liga, mientras que el Barça anotó 15 en sus últimos cinco partidos. No fue falta de esfuerzo, sino de recursos.
¿Quién anotó el segundo gol del Barcelona?
Las fuentes oficiales no identificaron al autor del segundo gol, anotado en el minuto 91. Aunque se trató de un contragolpe rápido, varios jugadores del banquillo barcelonista —como Raphinha, Ferrán Torres o Roony Bardghji— estuvieron en la jugada. El equipo no lo confirmó, lo que sugiere que fue un remate de un jugador que no fue titular, quizás un debutante de la cantera.
¿Cuál es la importancia histórica de este partido para el Guadalajara?
Aunque fue una eliminación temprana, enfrentar al Barcelona en casa fue un hito. El Estadio Pedro Escartín nunca había visto a un equipo de ese nivel. La transmisión en vivo por YouTube atrajo más de 2 millones de espectadores, y las redes sociales del club crecieron un 300%. Es un paso simbólico: muestra que equipos modestos pueden vivir momentos únicos, aunque no ganen.
¿Qué probabilidad tenía el Guadalajara de ganar según las casas de apuestas?
Las casas de apuestas le daban al Guadalajara apenas un 34,21% de probabilidad de victoria, con cuota de 36 a 1. Eso significaba que, por cada 100 euros apostados, un ganador recibiría 3.600 euros. Era la apuesta menos probable del partido. El Barcelona tenía el 51,13% de probabilidades, y la mayoría de los expertos preveían un triunfo por al menos dos goles —el resultado final fue 2-0, casi exacto al pronóstico.
¿Por qué el Barcelona rotó tanto su alineación?
Hansi Flick rotó porque el Barça jugó contra el Osasuna el fin de semana anterior y tenía un partido clave en La Liga en tres días. Además, la Copa del Rey es una competencia donde se prueban jóvenes. En este partido debutaron tres canteranos: Héctor Fort, Dro Fernández y Tomás Marqués. Flick quería dar minutos, mantener la forma y evitar lesiones. Funcionó: ganaron, sin perder intensidad.
¿Qué significa esto para el fútbol español?
Este partido refleja la desigualdad estructural del fútbol español. Mientras el Barça y el Real Madrid dominan, equipos como el Guadalajara luchan por sobrevivir. Pero también muestra el valor de la Copa del Rey: es la única competencia donde un equipo de tercera división puede jugar en casa contra el mejor del mundo. Eso mantiene viva la magia del fútbol, aunque el resultado sea predecible.